Checking Pediátrico
En las primeras fases de su desarrollo, el embrión se compone de un conjunto de células sin función definida. Las primeras células en diferenciarse y
adquirir una función específica son las células nerviosas, que van a organizar y dirigir el crecimiento del embrión. Esta función no se termina con el parto, y debe poder desempeñarse sin interferencias para que el niño pueda disfrutar de un crecimiento armonioso con las ventajas que eso le traerá para el resto de su vida, y poder desarrollarse a su pleno potencial.
La columna vertebral es el árbol de vida que protege esa función del sistema nervioso. Es muy resistente, y sin embargo puede verse expuesta desde la infancia a lastensiones y traumas que de manera gradual irán formando el complejo de subluxación vertebral.
El mismo proceso del parto puede ser la fuente de esas primeras irritaciones, sobre todo si se tuvo que recurrir a fórceps y ventosas.
Caídas: la prueba de la vitalidad y resistencia extraordinaria de los niños es la cantidad de caídas y choques a los que se exponen a diario, en general sin consecuencias. Sin embargo, con el tiempo, algunos de esos traumas menores irán participando en la formación de las primeras subluxaciones.
Malas posturas, mochilas demasiado pesadas, un mobiliario escolar inadaptado, etc. también influirán en este proceso.
Por esas razones el cuidado vertebral debe ser integrado en las revisiones rutinarias del niño, al igual que el cuidado dental. Además, la extraordinaria vitalidad y capacidad de recuperación del niño le permite responder de manera ideal, más rápida y más profunda que a los adultos. La ausencia de efectos secundarios, el respeto de la fisiolofía natural del cuerpo humano, y la total independencia de la presencia o no de síntomas para realizar los ajustes hace de la Quiropráxia el cuidado de salud más idóneo para esa edad delicada.